En los últimos 10 años los avances en el conocimiento de la arquitectura genética de la CI han sido significativos. Se utilizan varios estudios para llegar a aproximaciones diferentes. de los cuales los estudios de ligamiento y estudios de asociación del gen candidato no han aportado de manera importante. No obstante, en el estudio de ligamiento se identificaron variantes en los genes ALOX5AP18 y MEF2A19 asociadas con la CI. Los genes ALOX5AP18 conllevaban exceso de riesgo de infarto de miocardio e ictus, y los genes MEF2A19 se segregaban de forma dominante con la enfermedad.
En los primeros estudios de asociación del genoma completo (GWAS
[genomewide association study]) se demostró una variantes en el cromosoma 9 localizados en una zona intergénica, próxima a los genes CDKN2A
y CDKN2B que se
asociaban con mayor riesgo de CI. Para el año 2015 se identificaron 55 loci, que podrían explicar un 15% de la heredabilidad de este fenotipo.
Se puede incluir a LDLR y a PCSK9 por su relevancia en el metabolismo metabólico, a los genes CXCL12 que activan en el proceso infamatorio o el gen MTHFD1L que codifica una sintetasa
mitocondrial que regula la síntesis de la purina y la metionina, el gen
alpha del receptor activado proliferador de peroxisomas (PPAR) ha sido asociado
con la cardiopatía diabética, entre otras.
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